El cierre de un ciclo escolar es una oportunidad para la reflexión y el balance, para mirar hacia atrás y reconocer los logros alcanzados, las lecciones aprendidas, además de los desafíos superados. Este ciclo que culmina no solo marca el fin de un período académico, sino también el crecimiento personal y colectivo de todos los que integramos la comunidad Normalista. Es también un momento para agradecer al profesorado, al estudiantado, las compañeras y compañeros no docentes, por su dedicación y esfuerzo. Cada uno ha desempeñado un papel muy importante en la vida de nuestra escuela, su contribución ha sido invaluable.